En la película se nos muestra otra visión de la guerra a la que no estamos acostumbrados, no es como las películas de Hollywood, sino que se nos muestra la guerra tal y como es en la realidad, tampoco aparece el típico héroe de las películas que se carga a todos gritando en nombre de los EEUU, todo lo contrario los personajes que aparecen son reales y están más cerca de ser antihéroes. Se nos muestran situaciones de la guerra como el soldado que huye al ver caer a su pelotón, el grupo del tanque que dispara a los alrededores sin parar por el miedo, o el sargento que en vez de dirigir a las tropas se queda viendo pornografía. También salen los soldados israelíes que no saben su causa y que se preguntan que es lo que pintan en Beirut cuando su misión inicial en teoría es la invasión de una pequeña franja para evitar los bombardeos en el norte de su país. Así como la parte más espeluznante de la película, cuando las milicias falangistas entran en Sabra y Shatila con la escusa de limpiar las calles de unos combatientes casi inexistentes y se dedican a su venganza personal con la muerte de miles de civiles inocentes, lo que causa el transtorno psicológico de el narrador y de sus compañeros, esto tampoco sale en las películas americanas en las que siempre el héroe una vez retirado está orgulloso de su participación en la guerra y lo recuerda como un servicio a la patria.
En fin, esta película me ha hecho plantearme como de violento puede llegar a ser el ser humano que no se cansa de luchar en causas inútiles, como la de la película, y si somos capaces de realizar unas matanzas tan crueles como las mostradas en la película y como los lideres declaran las guerras arrastrando tras de sí a mucha gente inocente que poco tiene que ver en el asunto y al final siempre acaban recibiendo ellos las repercusiones.
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